RETRATOS
Se hacen más fotografías de personas que de cualquier otra cosa: la familia, de los amigos, de deportistas famosos o de la gente en general mientras se viaja. Como sucede con un paisaje, hay que esforzarse para conseguir algo más que una fotografía de una persona: queremos recoger el espíritu de esa persona, del mismo modo que el retrato hecho por un pintor transmite algo más que la apariencia física del modelo. Hay dos formas de fotografiar a la gente: haciendo retratos formales y retratos espontáneos. En un retrato formal existe una cooperación entre el fotógrafo y el modelo, que en realidad está posando activamente para la cámara.
En un retrato espontaneo, el fotógrafo actúa como un reportero, cazando situaciones que se dan en forma natural y sin su intervención. En ambos tipos de retrato es importante analizar al modelo y la situación para tener idea de lo que se quiere captar.
Retratos formales
Cuando se hacen retratos formales, hay que conocer el modelo. ¿Quién es? ¿Qué características de su personalidad queremos reflejar? ¿Es un intelectual? ¿Es sensual, aparenta felicidad, seriedad? Luego hay que estudiar de qué manera la pose, el vestido y el entorno nos ayudarán a comunicar esas cualidades.
La expresión de una persona es casi siempre la forma más inmediata y clara de mostrar su personalidad, pero todos los elementos de la fotografía contribuyen a ello en mayor o menor medida.
Exploración del terreno
Lo primero que hay que hacer es buscar el lugar idóneo en el que situar a la persona y decidir la posición de la cámara. Aunque, antes de nada, hay que probar los flashes o los reflectores, si vamos a usarlos.
Es importante que el modelo esté relajado y tranquilo. No conviene en absoluto que tenga que esperar mientras nosotros ponemos todo el material del equipo a punto, así que, cuando entre en acción debemos estar preparados para dedicarle nuestra atención.
Objetivos
Un teleobjetivo corto- 85, 105 o 135 mm- es la mejor elección para hacer retratos de primer plano o de tres cuartos. Es más favorecedor que un angular, además perite al fotógrafo alejarse un poco para no intimidar al sujeto. Los teleobjetivos tienen muy poca profundidad de campo, por lo que hay que enfocar con precisión el ojo más próximo a la cámara y, mediante el botón de pre visualización de la profundidad de campo, comprobar el enfoque en el resto de la cara.
Si la profundidad de campo es muy reducida, quizás tengamos que cerrar el diafragma y disparar a una velocidad menor, o bien usar ISOS mas elevados. Para hacer retratos de ambiente es preferible usar objetivos normales o angulares, con los que podremos incluir todo el cuerpo o toda la habitación en el encuadre vigilando siempre que no hay distorsión.
Ángulos
Lo mejor es observar al modelo desde varios ángulos a través de visor: de perfil, de tres cuartos, de frente, inclinando la cabeza, y fijarse en como describe la cara del sujeto cada punto de vista. Una nariz prominente se alarga en una pose de tres cuartos, sobre todo con un objetivo normal o gran angular; una cara redonda puede quedar demasiado circular en un retrato frontal. Al modelo no le importara cooperar a ambos les interesa encontrar el ángulo más favorecedor.
Iluminación
La iluminación es el factor más importante en un retrato. Una luz suave y difusa es generalmente la mejor y la que más favorece, aunque hay ocasiones en que una fuere luz iluminación lateral se adapta a las características del modelo. Conviene experimentar con varios tipos de luz y conocer su efecto. De este modo, cuando se nos presenta una situación particular, sabremos elegir la iluminación más apropiada.
Luz de ventana
Una ventana suele proporcionar una iluminación suave, difusa y natural. Situaremos al modelo cerca de la ventana, de pie o sentado, de modo de tres cuartos de su cara están iluminados por la luz exterior. Si entra la luz directa del sol, se puede difuminar con una cortina delgada, una sábana blanca o papel vegetal.
Recordemos que la parte de la cara opuesta a la luz quedará en sombra. Si esto no nos conviene, intentemos rebotar algo de luz para suavizar las sombras. Cualquier tipo de superficie blanca servirá para reflejar la luz, por ejemplo, una cartulina. Podemos mover el reflector hacia delante y hacia atrás para variar la intensidad de la luz.
Flashes móviles
Además de usar flashes fijos y reflectores o materiales difusores para suavizar la luz, se consigue un efecto parecido rebotando el flash en el techo o en un pared cercana. La luz envolverá toda la escena de forma muy equilibrada, especialmente en habitaciones blancas o de colores oscuros.
También podemos lograr un efecto similar acoplando un cabezal difusor de plástico frente a la antorcha del flash.
Luz exterior
Como sucede en un interior, la luz es fundamental para hacer un retrato en el exterior. Es importante encontrar el lugar adecuado con suficiente antelación y fijarse en todo aquello que pueda servir de fondo para la fotografía y en la iluminación a diferentes horas del día antes de decidir el lugar y la hora del retrato. La luz cálida de la mañana o de la tarde es mejor. Los días nublados también son buenos, porque tienen una claridad suave y difusa. Si no hay más remedio que hacer el retrato a medio día y con sol, hay que buscar un lugar a la sombra donde colocar al sujeto, teniendo la preocupación del que el fondo no sea demasiado brilloso.
La luz se tiene que medir en la cara del sujeto o en una cartulina gris colocada de tal forma que la reciba con la misma intensidad.
También se usan reflectores para iluminar más la cara o suavizar las sombras en los días muy soleados.
Se deben colocar antes de realizar la medición.
RETRATOS DE AMBIENTE
Un retrato de ambiente debe situar al sujeto en su entorno o lugar de trabajo habitual. La idea consiste en retratar no sólo la persona sino también su relación con algo que acostumbra hacer, ya sea una profesión o una afición. Se trata de captar los intereses de la persona y reforzarlos con la composición.
Este tipo de retratos no suelen ser de primer o medio plano, sino que normalmente abarca el espacio que rodea a la persona.
Investigaremos primero visitando al modelo en su lugar de trabajo, le preguntaremos si no le importa que miremos mientras se dedica a sus ocupaciones. Tomaremos notas metales de cualquier situación que pueda conducir a una buena fotografía, de si hay algo en particular de lo que el modelo se sienta especialmente orgulloso, como lo estará un ganadero de su mejor toro o un jardinero de su flor favorita. Hay que fijarse en cómo se viste y pedirle que se ponga lo mismo para el retrato.
A la gente le suele gustar arreglarse para una fotografía, lo que está bien para un retrato formal.
Pero en este caso debemos subrayar que lo que estamos buscando es un aspecto natural. A menudo es mejor hacer la sugerencia de forma indirecta, diciendo, por ejemplo: “creo que esta camisa es perfecta para el retrato.”
Si se quiere hacer el retrato en el exterior, hay que inspeccionar el lugar a diferentes horas del día para determinar cuándo hay la mejor luz.
Si por el contrario, se trata de hacerlo en un interior, conviene probar unas cuantas luces y reflectores antes de comenzar. Durante la sesión tanto el modelo como el fotógrafo irán cambiando de posición, así que conviene que el sistema de iluminación esté dispuesto de tal modo que no entorpezca los movimientos de ambos.
Un flash de relleno tiene los mismos resultados que un reflector, es decir añade luz a la escena y ayuda a mejorar los detalles. Debe ser difuso y nunca superar o igualar la intensidad de la iluminación principal. La luz se suaviza colocando un cabezal difusor sobre el flash. Si el ángulo del flash en ajustable, se inclina ligeramente hacia arriba. Si no es posible usar un cabezal difusor, se enfoca hacia arriba y se coloca una cartulina blanca o cualquier otro tipo de superficie reflectante en la parte posterior, doblándola ligeramente para que la luz de destello s medio diafragma menos del necesario para un exposición.
El momento de disparar
Hay que pedirle al modelo que se comporte de manera natural y que no preste atención a la cámara.
Obtendremos las mejores fotografías cuando esté enfrascado en su trabajo. Hay que moverse y buscar ´ángulos diversos; hacer fotos con gran angular, de cerca, generales, desde un lado e invitar al modelo a que levante la vista de su trabajo. Tengamos siempre presentes las características más relevantes de su persona y registrar los aspectos que las comuniquen: si es un músico tocando el piano, reproduzcamos un momento de éxtasis; si se trata de un levantador de pesas, captemos la tensión que le desencaja el rostro. Pero, ante todo, paciencia. Lo mejor es esperar que el modelo se olvide de nuestra presencia y se relaje, a que empiece a empapar de sudor la ropa de trabajo, a que la cesta esté llena de flores.
Retratos de grupo
Un retrato de grupo puede mostrar a dos personas o a una multitud, puede ser el retrato de una familia en estudio o el retrato de una reunión en el campo.
En cualquier caso, el ángulo en que incide la luz es fundamental para que se vean todas las caras.
Si vamos a fotografiar a un grupo de personas dentro de casa o en el estudio hay que seguir el mismo proceso de los retratos individuales. Cuando el grupo sea numeroso, lo mejor es distribuir a la gente en filas, en una escalera, en unas gradas o hacer que parte del grupo se arrodille delante, comprobando siempre que todos los componentes del grupo estén iluminados por igual y no se hacen sombra unos a otros. En e exterior aprovecharemos una elevación en el terreno, unos bancos o cualquier cosa que pueda agrupar a las personas. Comprobaremos el ángulo del sol y las sombras con ayuda del visor y dispondremos a la gente de la misma manera que en un interior. Los días nublados, con su característica difusa, son ideales para realizar retratos en grupo. Para retratar a un grupo muy grande y no dejar a nadie hay elevar la cámara y disparar desde arriba, encaramándonos a una escalera o a un árbol, o bien, si el grupo está alrededor de la mesa, subiendo a una silla.
Con un gran angular habrá que comprobar la distorsión y la profundidad de campo, con el fin de que todo el mundo quede bien enfocado. Si el sol está a nuestra espalda, es probable que las personas cierren los ojos, hay que tomar varias fotografías para asegurarse de que, al menos en una, todos tengan los ojos abiertos, ya que, si alguien los cierra en el momento de disparar, no podemos verlo hasta que tengamos la foto revelada o ampliada en la pc.
Ayuda bastante tener un centro de interés, incluso si el grupo es numeroso; hagamos hincapié en el trofeo del equipo, el mejor jugador, los abuelos o el presidente de la compañía. No tienen por qué ocupar la zona central del encuadre, pero han de ser perfectamente visibles y ser objeto de atención por parte de los demás.
Si es posible, hay que distraer al grupo con bromas que les hagan reír o contar una historia y disparar justo en el momento culminante.
Y sobre todo, usemos la imaginación; si estamos retratando a un equipo de baloncesto, pidamos a uno de los jugadores que se cuelgue del tablero, o bien tratemos de trepar y encuadrar a los jugadores desde arriba a través del aro.
Retratos espontáneos
Un retrato espontáneo puede ser de una persona conocida o de un extraño, en situaciones íntimas o en calles abarrotadas de gente. Algunas veces el modelo, aunque esté concentrado en otra cosa, es consciente de la presencia del fotógrafo; otras no se da cuenta. Paseando a la búsqueda de un motivo o esperando a que se presente una situación interesante, lo fundamental es estar preparado: un fotógrafo es un cazador en busca de un instante escurridizo pero elocuente.
¿Qué clase de fotografía queremos hacer? En un mismo sitio es posible hacer fotografías diferentes: en un mercado, por ejemplo, podemos ir en busca de ángulos abiertos para mostrar sus dimensiones, pero también hacer algunos retratos de los vendedores. Y, además, buscar elementos que expresen la identidad del lugar, como cajas de verduras recién descargadas de un camión, gente regateando un precio o un puesto de pescado. Cuando se usa un gran angular se obtienen buenos resultados cerrado el diafragma para aumentar la profundad de campo. Lo mismo sucederá con un teleobjetivo si se enfoca el punto por donde vaya a pasar el sujeto y se cierra todo lo posible. Una cámara con motor de arrastre es muy útil para hacer varias fotos seguidas.
El flash de relleno sólo debe disparase ocasionalmente, ya que llama mucho la atención. Si la gente se da cuenta de que le estamos haciendo foto, sonreiremos y nos mostraremos amables explicando lo que estamos haciendo. En ocasiones, conviene pedir permiso. A la gente no le suele importar que le hagan fotos, siempre que el fotógrafo sea rápido y discreto. Si tenemos tiempo no estaría de más intentar unirse a las actividades del grupo; la gente nos aceptará con más facilidad, y es una forma de averiguar qué elementos de la escena son los más importantes.
Pasar inadvertidos
A veces es necesario pasar inadvertidos. En La Paz, hace algunos quería tomar fotografías de un grupo de indigentes que estaban drogándose con clefa y junto al grupo se encontraba un mujer de unos 20 años con un bebe de no más de 2 años que cuando comenzó a llorar le daban también clefa, pero sabía que si preguntaba no me dejarían hacerlas. Utilice mi lente 18 -55 mm para no tener que preocuparme del enfoque, y antes de disparar ajuste la exposición y baje del vehículo hecho al perdido a preguntarles una dirección y hice las fotografías desde la altura del pecho.
ES difícil componer una imagen de este modo, pero en situaciones peligrosas como está, es la única forma de obtener fotografías.
Sin embargo, no hay por qué disimular para conseguir buenos retratos espontáneos. Lo más importante es actuar de forma natural y estar relajado, dejar que la gente se acostumbre a nuestra presencia y a nuestra cámara y vuelva de nuevo a sus ocupaciones. Por encima de todo, hay que ser simpático y respetuoso con los sentimiento de los demás. Si alguien se muestra reacio o se incomoda, conviene marcharse. Hay otras muchas fotografías que hacer.
Fotografiar a la familia
La familia es nuestro motivo fotográfico favorito. Empezamos a hacer fotos de os niños desde el momento en que nacen, cuando gatean, dan sus primeros pasos, el día de su graduación y, más tarde, de su propia descendencia. Fotografiamos a nuestras parejas, padres, abuelos y otros parientes en todo tipo de situaciones, desde fiestas de cumpleaños y cenas de Nochebuena hasta salidas al parque de atracciones y excursiones al campo. Las fotos de familia no sólo llenan nuestros álbumes, sino que también son las que más apreciamos.
Fotografiar a nuestros parientes es un modo de practicar la fotografía de retrato en sus modalidades, formal y espontánea. Una de las ventajas de esta práctica consiste en que conocemos a los modelos, pero lo más importante es que ellos confían en nosotros, tendrán más voluntad y paciencia que otras personas y soportaran mejor la espera mientras experimentamos con la iluminación y los objetivos. Nos permitirán realizar un estudio sobre retratos formales e informales. Fotografiando a cada uno de los miembros de la familia probando diferentes localizaciones y arreglos. Tratemos de hacerles fotografías espontaneas cuando salgamos con ellos con el fin de adquirir una experiencia que nos ha de servir luego con otros modelos menos dóciles.
Fotografiar niños
Hay que tener siempre la cámara cargada y a punto, pues nunca se sabe cuándo un niño va hacer algo digno de ser inmortalizado. La mayoría de las veces son instantes fugaces, y hay que estar preparado para no perdérselos. Con película rápida, por ejemplo de 400 ISO, podremos hacer fotos aprovechando la luz ambiente sin tener que conectar el flash y esperar a que se cargue. Y hagamos muchas fotos: ese niño sólo va ser tan pequeño una única vez en la vida, y desgraciadamente un tiempo muy breve.
En interiores, sobre todo en habitaciones pequeñas, es muy útil trabajar con flash, haciendo que su luz rebote en el techo y se difumine, o bien para crear un relleno. Si lo montamos en la cámara tendremos más libertad para movernos. El flash difuminado no molesta tanto como el directo, con la ventaja añadida de que no proyecta sombras duras. Cuando incluso la luz del flash indirecto molesta, lo mejor es tratar de hacer las fotos únicamente con la luz ambiente.
En exteriores conviene tener presentes el ángulo de la luz del sol y las sombras que proyecta. Como siempre, la mejor luz en un día soleado se da por la mañana y por la tarde. Mediremos con cuidado evitando los reflejos de la arena o de la nieve. Recordemos que si los niños corren, será necesaria una velocidad relativamente alta, de 1/125 como mínimo.
Una buena idea es participar de sus actividades: jugar a la pelota, contar cuentos, hacer todo lo que hacen los niños para que se acostumbren a vernos por ahí dando vueltas con ellos y estén distendidos.
Cuando saquemos la cámara, les gustara que los dejemos mirar por el visor, sin permitirles poner los dedos sobre el objetivo. Enseguida perderán interés por la novedad y volverán a sus juegos. En ese momento con un teleobjetivo y desde su altura, obtendremos esos primeros planos que andábamos buscando.
En todas cuantas ocasiones fotografío niños me paso la mayor parte del tiempo arrodillado o tumbado en el suelo: es la única manera de ver y captar sus expresiones y tener una idea de cómo se ve el mundo desde su punto de vista.
Fiestas de cumpleaños
Las fotografías más convencionales son las que más nos gustan: las de niños apagando las velas, abriendo regalos, comiendo pastel con la cara manchada de chocolate. Al llegar el momento tenemos que estar a punto de disparar.
Es indispensable buscar una buena posición para retratar al pequeño soplando las velas. En un interior se puede usar la luz ambiente o flash, de relleno o rebotado. Para captar la llama de las velas habrá que utilizar una velocidad de 1/30 o menos en función del ISO que usemos. Puede ser necesario un trípode u otro tipo de soporte. El reportaje incluirá una foto antes de soplar, con las mejillas hinchadas; otra mientras el niño sopla, y una tercera para registrar la felicidad dibujada en su rostro. Si se trata del cumpleaños de la abuela, es posible que las numerosas velas produzcan tanta luz como para conseguir una buena fotografía sin ayuda del flash.
No olvidemos hacer algunas fotos de todos los chicos de la fiesta reunidos, ilusionados e impacientes, alrededor del pastel. Cuando el niño empieza abrir los paquetes, no nos perdamos el instante en que rompe la piñata y caen los juguetes, cuando la expresión de su cara lo dice todo.
Y desde luego en los semblantes de los familiares, sus reacciones cuando el niño abre sus regalos. Lo mejor es acabar haciendo algunas fotos del niño rodeado de todo lo que le han regalado.
La graduación
Igual que en las fiestas de cumpleaños, vamos a hacer las fotos convencionales: el graduado recibiendo su diploma, todos los alumnos agitando los birretes, etc. Son las fotos más populares por una buena razón: captan la esencia de la fiesta. Pero no son las únicas posibles: podemos retratar a nuestra hija abrazando a su mejor amiga y la expresión de orgullo de la madre.
Para obtener una buena foto de los chicos obteniendo el diploma, hay que tener a punto un teleobjetivo, aproximarse con sigilo cuando se acerque su turno si estamos sentados muy lejos, esperar agachados o arrodillados para no tapar la vista a los demás y, en el momento preciso, levantarse y hacer la foto con rapidez. Luego retirarse.
Bodas
Una boda es, probablemente, el acto más fotogénico de nuestras vidas, así que preparémonos para hacer un montón de fotografías. Lo mejor es hacer las fotos siguiendo las pautas preestablecidas en la boda; planear con tiempo los momentos que se vayan a fotografías y estudiar la mejor posición y el ángulo de la toma. Los retratos serán formales y espontáneos, la mayoría de ellos en interiores. En algunos casos será difíciles, ya que el interior de la iglesia suele ser bastante oscuro. Tenemos que usas ISOS elevados teniendo mucho cuidado con el ruido, porque nos permitirá utilizar al máximo la iluminación ambiente y porque, en caso de necesitar flash, la intensidad necesaria de cada destello será menor, así como el tiempo de recarga.
Lo primero será la despedida de soltero, el peinado de la novia, los vestidos de las damas de honor…… con algunos retratos serios y otros más desenfadados: el novio esperando nervioso o la mirada de la novia perdida en el infinito a través de una ventana. Con ISOS altos aprovecharemos la luz ambiente en interiores, ayudados por un flash de relleno.
Hay que tener cuidado al medir la luz en los retratos de la novia, ya que el vestido blanco puede engañar al exposímetro, como ocurrirá con el traje oscuro del novio.
Antes de hacer las fotos en la iglesia, pediremos permiso. LO ideal sería prescindir del flash, y empezar con una foto de la novia mientras se dirige hacia el altar. Para registrar la ceremonia, hay que situarse detrás y a un lado del altar.
El mejor momento para hacer los retratos formales es después de la ceremonia, ya se a la salida de la iglesia o antes de entrar al restaurante: la novia y el novio, la pareja con sus respectivos padres, la novia junto a sus damas de honor, el novio con su mejor amigo, y así con el resto de invitados. En el exterior tendremos muy en cuenta la luz: en el atardecer el sol será agradecido, pero a mediodía o a primera hora de la tarde tendremos que hacer los retratos en una sombra. Si el fondo es brillante nos hará falta un reflector o un flash de relleno.
En el restaurante, las fotos de los novios mientras cortan el pastel serán espontaneas. También lo serán las de los amigos decorando el coche de los novios.
Y muy atentos a los momentos especiales: la novia bailando con su padre, las lágrimas en los ojos de la madre…. No olvidemos a los principales invitados, incluyendo a los testigos y a la persona que entrega el anillo. Para terminar el reportaje, podemos tomar una foto del coche de los recién casados perdiéndose en la distancia.
Fiestas
Las fiestas proporcionan la oportunidad de hacer muchos tipos de fotografías: retratos espontáneos y de grupo, juegos, deportes, desfiles y entrañables momentos familiares.
Hay que tener la cámara cargada y lista para no perder ninguna oportunidad y actuar sin timidez, porque a todo el mundo le gusta tener fotografías de sí mismo y de sus seres queridos.
Hay que elegir los momentos que simbolicen la fiesta o la reunión, y hacer fotografías que transmitan las características particulares de cada celebración.
Nochebuena
Gran parte de las escenas serán interiores, de modo que habrá que emplear la luz ambiente y, si es necesario, el flash rebotado en el techo o en una pared blanca o en una pared de color claro. Usaremos ISO alto para aprovechar al máximo la luz ambiente. Encenderemos todas las lámparas de la habitación. Hagamos un reportaje como si no los hubieran encargado: fotos espontáneas de la gente cuando llega y se felicita mutuamente, de los cocineros, de la madre llevando el plato principal a la mesa, de todo el mundo situado convenientemente para el retrato grupal, cortando el pavo, sirviéndose la picana o el puerco, nos subiremos sobre un silla y retratemos cuando se pasan los platos.
Durante la comida tendremos la cámara cerca para fotografiar la gente comiendo y el brindis.
Hay que estar preparado cuando entren los niños y descubran los regalos que les trajeron. Captaremos sus risas ansiosas, sus caras de sorpresa y como disfrutan sus regalos.
Lo mejor ISO alto y flash de rebote o relleno. Haremos una fotografía familiar delante del árbol de navidad adornado, con todas las luces de la habitación y, desde luego las del árbol encendidas al máximo. Usaremos una velocidad lenta (sobre 1/8 a f/2.8) para que las luces del árbol brillen intensamente. Rebotaremos el flas en el techo para iluminar el reto de la escena.
No debemos olvidar captar las escenas de sobremesa, a los que miran el televisor, y, sobre todo, las despedidas: los niños dormidos en brazos de sus padres camino del coche, los abrazos… haremos copias de las mejores fotografías y las enviaremos a los parientes.