jueves, 9 de febrero de 2012

viernes, 3 de febrero de 2012

El rey de los esclavos

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Se cuenta que durante la etapa más dura del esclavismo en África, Bonifaz, el hijo del rey de una tribu originaria del Congo cayó en las redes de los traficantes de seres humanos y fue vendido en América del Sur como esclavo durante el siglo XVI. Este personaje de la nobleza negra acabó trabajando como peón en la hacienda de Mururata, un pequeño pueblo de los yungas de Bolivia. Ahí fue reconocido por los otros africanos como su rey, quienes lograron ocultar de los patrones su identidad y la de su linaje.

Hoy, abolida la esclavitud y casi 500 años después, Julio Bonifacio Pinedo, quien recientemente fue reconocido por el gobierno departamental como descendiente directo de dicho linaje real, es el actual Rey Afroboliviano.
Su familia está conformada por la Reina Angélica y sus hijos Marlen y Rolando, actual Príncipe y futuro heredero del trono.

Muy al contrario de la cómoda vida que llevaban sus nobles ancestros, Julio lleva una humilde vida como campesino en Mururata, donde trabaja cultivando la tradicional hoja de coca para el sustento de su familia. Su esposa Angélica atiende las labores del hogar y trabaja vendiendo diferentes productos en el almacén de su pequeña casa. En el piso superior de la vivienda se ubica un único dormitorio que comparten los cuatro miembros de la familia. Tienen cocina pero no tienen baño.
A pesar de no existir más servilismo, los antiguos patrones del pueblo todavía poseen además de la hacienda, la corona, la capa y el cetro que identifican al rey, los cuales le son prestados solamente en días festivos.
Esta es la familia real de Bonifacio, el rey de los esclavos.
Texto y fotografías: Manuel Seoane

‎50 Razones para NO salir con un FOTÓGRAFO

1.- Prefieren sostener su pesado equipo fotógrafico a ir de la mano contigo. 
2.- En una cita romántica, tú verás la puesta del sol y pensarás “esto es hermoso” mientras ellos preparan la cámara, el tripie y la exposición. 
3.- No podrás disfrutar al ver la T.V., una película o incluso una revista sin que ellos señalen los errores visuales. 
4.- Les gusta sentarse en cafeterías oscuras para ver de manera vouyerista por largos periodos de tiempo a la gente que pasa. 
5.- Si salen a caminar y se encuentran con una “iluminación interesante” te harán sentarte/pararte/posar en público para que puedan tomar una foto.
6.- Nunca podrás disfrutar de comida recién hecha porque se tomarán más de 15 minutos tomando fotografías del platillo con su iPhone. 
7.- Se enojan si uno de tus amigos les dice “Me gusta la fotógarfía ¿qué cámara me puedes recomendar? Nada profesioal sólo quiero que tome fotos bonitas.” 
8.- Esperarás más de lo normal para que terminen de analizar una obra de arte en un museo. 
9.- Lo mismo con las tiendas de libros viejos usados. 
10.- Cuando crees que te están poniendo toda su atención, en realidad están pensando cómo podrían arreglarte un poco con la herramienta para clonar y la herramienta parche. 
11.- O en realidad te están usando para no pasar como pervertidos al ver a la gente a su alrededor. 
12.- Prefieren gastar miles de dolares en equipo que comprarte una bolsa nueva. 
13.- No puedes tomarte una foto con ellos sin que quieran tomar 5 fotos más. 
14.- Cuando les preguntas si te ves gorda, te dirán “no te preocupes, te puedo arreglar con Photoshop” 
15.- Si la foto no cumple con sus estandards, no photoshopearán nada que les pidas por sencillo que ésto sea. 
16.- ¿La foto que te tomaron ayer? Buena suerte con lograr que te la manden. 
17.- Están todo el tiempo en la computadora (y no es viendo porno) 
18.- No pueden tener una conversación normal sin mencionar acrónimos y números al azar. 
19.- Aún usan cámaras análogas. 
20.- Pasan mucho tiempo con personas más interesantes que tú, por ejemplo: modelos, actores, músicos, artistas. 
21.- Serán muy meticulosos respecto a la posición de un objeto común, como una taza de café. 
22.- No te regresarán la llamada ni el sms, pero puedes apostar a que siguen subiendo sus fotos en instagram. 23.- Les gusta ver películas viejas de las que nunca has escuchado. 
24.- En general les gusta ver cosas raras. 
25.- Lo único que envidian es tu equipo fotográfico. 
26.- Si hay un desastre natural en algún lugar alejado, ya se están subiendo al avión para ir a tomar fotos. 27.- Todo tiene marca de agua. 
28.- Creen que las fotos de los demás son malas. 
29.- Quieren hacer corrección de color a Crepúsculo y Jersey Shore (o a cualquier telenovela) 
30.- Odian los arcoiris, especialmente los que giran. 
31.- Siempre que estés con un grupo de amigos y la conversación se torne profunda, ellos empezarán a tomar notas en su libreta tipo Moleskine. 
32.- Usan libretas Moleskine aunque sean caras. 
33.- Les gusta traspasar en edificios abandonados llenos de peligros para su integridad física. 
34.- Siempre quieren mostrarte la foto que acaban de tomar, aunque no les interese para nada si te gusta o no. 
35.- Odian la foto de perfil “dizque artística” de tus amigos. 
36.- Los días soleados y sin nubes los pone tristes, pero los días nublados aparentemente son geniales.
37.- Te llevarán a lugares con “cultura” así como con posibilidad de ser asaltados. 
38.- Tu regalo de cumpleaños será un retrato tuyo que ellos tomaron. 
39.- No puedes ir a ningún lugar nuevo sin que se detengan a tomar foto de todo. 
40.- Siempre te pedirán que les modeles. 
41.- Nada puede ser naturalmente bonito, todo se tiene que arreglar en Photoshop. 
42.- Que traigan su cámara significa traer varios kilos de equipo. 
43.- Si rompes alguna de sus cosas por accidente, les deberás miles de dolares. 
44.- No puedes darles un regalo de cumpleaños/navidad que les guste sin gastar mucho. 
45.- Está en su naturaleza coleccionar y guardar todo lo que les inspire, como periódicos viejos, revistas, cajas, etc. 
46.- Son raros y geeks. 
47.- Tienen discos duros llenos de fotos, pero probablemente sólo tengan 10 impresas. 
48.- Secretamente siempre están juzgando tu creatividad. 
49.- Si usas tu cámara en modo automático se burlaran de ti. 
50.- Se emocionan demasiado cada vez que aprenden una nueva técnica de iluminación.

PAISAJES

Después de las personas, los paisajes son nuestro motivo favorito: la arrebatadora grandeza del Gran Cañón, la majestuosidad de las Montañas Rocosas  o el misterio de los Badlands. Pero son también uno de los más complicados;  cuando la belleza de un paisaje nos conmueve, recorrer con nuestros ojos toda la escena y contemplar su grandiosidad a la vez que los pequeños detalles constituye un experiencia absoluto, porque no solo son excitante los elementos  visuales del paisaje; también el suave murmullo acariciado por el viento, el rumor del arroyo, el olor del aire, y la caricia del viento nos embelesan. Estar allí es lo que hace que un paisaje sea realmente fascinante.

 El desafío esta en como captar esas impresiones, como trasladar esa grandeza a las dos dimensiones de un pequeño trozo de película. Para lograrlo es preciso pensar, tener paciencia y, a menudo, realizar un esfuerzo físico.


“Dos fotografías hechas en la región Mustang de Nepal ilustran la recompensa de saber esperar. La de arriba es más aceptable, no indica dinámica. Mientras  pensaba cómo mejorar la fotografía, entró en escena este chico y lanzó una piedra a las cabras. Su presencia añadió energía y profundidad a la composición”.

Demasiadas veces cuando volvemos de un viaje, las fotografías de los paisajes nos parecen planas y confusas. Los elementos que nos extasiaron están allí, pero la imagen no nos tramite las emociones que sentimos entonces. Normalmente, esto se debe a la ausencia de algo que nos llame la atención es especial. Siempre que miramos una fotografía buscamos en ella algún punto de interés. En la fotografía de países, el truco consiste en componer la escena de modo que aquello que nos parezca interesante, la montaña, el lago o los colores, se conviertan en el centro de interés visual.

¿QUÉ DEBERIA FOTOGRAFIAR?
Hacer buenas fotografías es sobre todo un proceso mental. Para empezar, pensemos en lo que nos ha impactado de un lugar y nos hace sentir que merece la pena hacer una foto: esa esencia es la que queremos captar. ¿Qué adjetivos usaríamos para describirle el lugar a un amigo?. Una pradera de horizontes infinitos, un árido desierto, un bosque exuberante, una montaña majestuosa……Lo mejor es empezar por estudiar la escena para encontrar los elementos que nos ayuden a transmitís ese sentimiento, y determinar que elección de objetivo, hora del día, época de año y composición serán mejor para acentuarlos.
Supongamos que queremos fotografiar una pradera sería perfecto encuadra un horizonte llano y sin interrupciones con un árbol o una granja solitaria en la distancia para sugerir inmensidad y soledad, y dejar que el cielo ocupe los 2 tercios superiores de la composición, en un desierto buscaremos un encuadre amplio que abarque el sol para potenciar la sensación de calor; o una simple o diminuta plata solitaria en un duna para representar mejor el rigor del lugar.

Volver al sitio
De tener tiempo, conviene volver a un mismo lugar a diferentes horas o en distintas estaciones del año para ver cómo afectan al paisaje los cambios de luz: quizás el sol matutino acaricie el pico de una montaña de forma ideal mientras que por la tarde crea una sombra  que arruina la imagen. La mejor luz se da en las primeras y en las últimas horas del día, porque es más cálida y proyecta sombras largas y suaves que aumentan la profundidad y el relieve de los elementos del paisaje. A demás los rayos del sol inciden en ángulos diferentes según la estación del año, lo que está a la sombra en una tarde de invierno puede estar iluminado en verano.
Los días nublados son perfectos para fotografía escenas en las que el color es importante, como las hojas otoñales de los árboles o el verde esmerada de una pradera debido a la mayor saturación de los tonos. Y no hay que amedrentarse ante un cielo tormentoso, le añade fuerza y dramatismo a la imagen y, si tenemos paciencia puede que los rayo de sol acaben asando a través de las nubes.

Elementos gráficos
Podemos usar elementos gráficos como el curso de un rio o una carretera serpenteante, una sombra expresiva o la caída de un acantila para conducir la vista hacia el interior de la imagen. Y desplazarnos: es sorprendente cómo puede cambiar un paisaje visto desde otro lugar. No hay que limitarse a conducir carretera abajo, hay que subir a las colinas, escalar acantilados si es preciso y tumbarse en el suelo.
Cuando fotografió paisajes termino con la ropa bastante sucia, porque los mejores ángulos siempre están en medio de un arroyo o un despeñadero.

Equipo
Cámaras de gran formato
Para fotografiar paisajes lo mejor son las cámaras de gran formato, ya que se pueden manipular hasta conseguir una profundidad de campo casi infinita y porque el tamaño de la película hace posible realizar ampliaciones de una nitidez extrema. Pero la evidencia de revistas como la NG demuestra que las cámaras de 35 mm son una buena opción siempre que se esté dispuesto a explorar y a esperar la luz idónea. Es importante usar ISOS bajos para reducir el ruido y conseguir un buen rendimiento del color. Yo suelo usar ISOS entre 100 y 400.

Objetivos gran angular
Los objetivos gran angular son muy útiles porque abarcan una gran porción de la escena y permiten enfocar todos los planos, incluso con diafragmas intermedios. Pero existe el peligro de hacer fotografías demasiado planas.
Hay que incluir en la composición algún elemento significativo: un rio o una carretera, o bien algo que llene el primer término y la zona intermedia. Después de fotografiar a un apersona en el borde de un precipicio, desolásemos hacia atrás para encadarla a un lado mientras mira hacia al vacío. De este modo se convierte en un elemento esencial de la composición que ayuda a la mirada a adentrase en la fotografía, además de proporcionar una referencia de la escala, otro de los elementos importantes en un paisaje.
Al usar un gran angular hay que tener cuidado con el horizonte y acordarse de la regla de los tercios. El cielo debe ocupar el tercio superior de la composición, a menos que tenga un significa especial, en cuyo deberá ocupar los dos tercios. Otras veces es mejor una foto simétrica, por ejemplo, el reflejo de una montaña en un lago en dos mitades iguales. No hay que medir la luz en el cielo, que por regla general es demasiado brillante y conduce a un sub exposición del resto de la escena, sino en una zona equivalente a un tono medio o en una carta gris, hay que comprobar el encuadre de la imagen a través del visor y eliminar elementos molestos o no deseados, como líneas eléctricas o antenas.
No descartemos los teleobjetivos, que también tienen grandes posibilidades en la fotografía de paisajes. Podemos comprimir una cordillera, o bien dar la impresión de que un pico surge por detrás de una cabaña.

Busquemos detalles y dibujos
Un detalle puede decir más que el conjunto: una roca aislada esculpida por el tiempo puede comunicar mejor las sensaciones de un lugar que la fotografía de un valle entero.
Los dibujos de la corteza de un árbol centenario pueden decirlo todo a cerca de un bosque. Este tipo de fotografía refleja mejor nuestra interpretación personal que una imagen general y convencional.


Cascadas y ríos
Para mostrar en una fotografía como salpica la espuma de una cascada, hay que usar una velocidad de obturación para detener las partículas de agua en el aire. Sin  embargo para mostrar el fluir del agua en un pequeño arroyo hay que usar una velocidad lenta más o menos de 1/8 de segundo. Es conveniente usar un trípode o cualquier otro soporte y un cable disparador para evitar la trepidación de la cámara. Si salen personas es importante que estén muy quietas.

Bosques
Los bosques suelen ser oscuros, por lo que exigen un ISO alto, a menos que usemos trípode  y haya una quietud absoluta. Los rayos de luz traspasando las copas de los árboles, e incluso el sol destellando entre las ramas es interesante. Hay que medir la luz con sumo cuidado, ya que tanto el sol directo como los rayos de sol que se filtran entre las hojas conducen a fuertes sub exposiciones. Conviene tener un centro de interés, como unos helechos con una iluminación contrastada, los dibujos de la corteza de los troncos de unos árboles, un camino estrecho y tortuoso, o el llamativo color de un flor para reforzar la composición.

Playas
Las imágenes deberían transmitir un sentimiento ya sea de caída serenidad, dramática tempestad, contemplación solitaria o jolgorio vacacional. Cada playa tiene su propio carácter. Preguntémonos que tiene más interés, ¿la arena blanca surgiendo del agua color turquesa?, ¿O la costa rocosa batidas por las olas? Una fotografía realizada con un gran angular desde lo alto de un duna sería perfecta para plasmas la primer escena, pero u teleobjetivo sería mejor para captar a contraluz las olas golpeando las rocas.



Primer término y profundidad: en la imagen, el fotógrafo transmite con éxito la grandiosidad de la llanura y de lo que crece en ella. En el primer término, las largas espigas de trigo encuadran y añaden sensación de profundidad y de escala. Un diafragma cerrado ayudó a conseguir gran profundidad de campo.

ANNIE GRIFFITHS BELT, el contacto con la gente

Como fotógrafa de reportajes por encargo, Annie griffiths Belt trabaja una amplia variedad de temas, desde yacimientos arqueológicos hasta paisajes y geografía social.
Uno de sus puntos fuertes es la habilidad para fotografiar a la gente enfrascada en sus actividades cotidianas.
“Tanto si trabaja para la revista como el proyecto de un libro, siempre intento incluir en el reportaje un elemento humano. El lector se involucra más con estas imágenes que con fotografías que sólo son bonitas; añade otra dimensión”, dice.
Belt se compenetra muy bien con sus modelos. “si veo que va ocurrir algo interesante, me acerco poco a poco hasta donde me sea posible y empiezo a disparar. Cuando me descubren, sonrío y saludo para que vean que no quiero perjudicar a  nadie”, explica.
“Otras veces me paro y hablo con la gente o, si hablan en inglés, les hago un cumplido y les invito a seguir con lo que estaban haciendo. Puede que posen durante un momento, pero enseguida vuelven a comportarse con naturalidad.  ”

Belt reconoce que hay mucha gente que se siente incómoda fotografiando a desconocidos y que racionaliza su temor a acercarse a ellos diciendo: “No quiero ser un intruso ni molestar a esas personas”.
Pero ella no cree que la gente se sienta invadida en su intimidad. “Los fotógrafos no acosas al granjero, a la peluquera o al camionero. Al contrario, al prestarles atención, hacen que se sientan especiales. Hacer una fotografía puede ser hasta un cumplido si la convertimos en una experiencia positiva.”
En sus seminarios fotográficos sobre retratos, Belt hace hincapié en las ventajas de usar angulares y disparar desde muy cerca. “Animo a mis alumnos a que se acerquen físicamente a la escena. Intento ayudarles a comprender que la intimidad solamente se produce cuando hay proximidad; las fotografías con teleobjetivos no transmiten la misma sensación de intimidad.”


Cuando viaja al extranjero rara vez utiliza interprete; prefiere entrar en contacto directo con la gente. Aprende lo suficiente del idioma para poder ser educada, y se comunica más allá de las palabras con gestos, signos o dibujos, acompañados siempre de una sonrisa, para explicar sus intenciones fotográficas.
En un pueblo africano por ejemplo, puede abrazar a los niños y hablar en inglés, aun sabiendo que no entienden una sola palabra de lo que dice. En cualquier país le puedes decir a una mujer “! Que niño tan guapo!”, y ella lo comprenderá. Este tipo de comunicación y de entendimiento funciona mejor que un traducción formal”, ha  descubierto Belt.

Como mujer que suele trabajar sola, Belt ve que algunas personas se preocupan por ella. Sin embargo, en realidad se siente más segura en la mayoría se los casos siendo mejor de lo que podría sentirse si fuera hombre: ”Como mujer pareces más inofensiva; por mi parte, trato de pasar desapercibida y si las cosas se ponen feas desaparezco. En algunas culturas piensan que la mujer americana es fácil y libre, así que hay que tener cuidado y conocer el país todo lo posible”, dice. Las restricciones que imponen ciertas sociedades, como la árabe, son un gran problema para las profesionales de fotografía, ya que no les está permitido entrar en una mezquita. “Yo transformo este inconveniente en una ventaja” explica. “Me quedo con las mujeres y tomo imágenes que un hombre jamás podría hacer.”

Belt, una de las primeras mujeres en trabajar para la National Geographic, empezó su carrera hace unos 25 años, en una época en que las publicaciones enviaban  a una mujer a situaciones de riesgo.
Después de cinco años de reportajes, hizo su primer trabajo en el extranjero. Desde entonces, ha trabajado por todo el mundo.
Cuando emprende un viaje largo se lleva a sus dos hijos y alquila una casa de campo o un apartamento para mantener una vida familiar lo más normal posible. Con la ayuda de una niñera; Lyli y Charlie siguen sus estudios. Don Belt, editor ayudante y redactor de National Geographic, se reúne con ellos durante las vacaciones, por lo que es raro que la familia pase más de un mes separada.
Además de meses de largas jornadas de trabajo, la mayor parte de los reportajes exigen grandes dosis de investigación previa al trabajo de campo, que Belt considera una inversión indispensable para poder publicar luego historias de calidad.

“rara vez fotografío lo que es evidente, porque National Geographic casi nunca publica lo obvio”, declara Belt. “Para ser comunicativo es necesario escarbar bajo las superficies de las cosas.”
En sus seminarios de fotografía se ha dado cuenta de un hecho interesante: “La mayoría de los estudiante no entiende el significado de la palabra trabajo,” explica. “Como cualquiera puede hacer fotos, no se dan cuenta que hay que trabajar mucho y muy duro para conseguir una buena imagen. Les atraen los lugares exóticos y el colorido de los vestidos, porque en sí mismo tienen un poder visual altamente efectista, pero hay que ir más allá para crear algo que exprese el carácter del lugar o de la gente. ”

A menudo le preguntan qué cualidades hay que tener para ser fotógrafo de National Geographic.
A esta cuestión Belt responde lo siguiente: “hay que tener talento fotográfico y la capacidad de ser creativo empleando la tecnología. También es imprescindible  poseer sentido del humor, curiosidad por el mundo, un punto de vista personal y una tremenda motivación, además de estar siempre dispuesto a forzarse a ir más allá de lo que uno se cree capaz”.
Belt reconoce que es difícil desarrollar una visión fotográfica; se trata de una evolución potenciada por la experiencia. “Ahora veo cosas de hace 20 años era incapaz de ver; entras en armonía con una serie de elementos que se combinan para hacer que algo suceda. Es algo así como una coreografía, porque sientes cómo las cosas empiezan a suceder, la luz, por ejemplo. Es una sensibilidad que se adquiere cuando, a lo largo de los años, se tiene siempre en mente este objetivo.”
Peter K. Burian
Consejos fotográficos de Annie Griffiths Belt
  • -          A mucha gente le encantan los juguetes (el equipo fotográfico) o le encanta hacer fotografías. Creo que hay que combinar habilidad y equipo, saber aprovechar la tecnología y ser creativos con ella. Si nos enamoramos del equipo jamás llegaremos lejos.
  • -          No hagamos muchas fotos solo para estar ocupados. Seamos autocríticos con la composición. Pero cuando suceda algo interesante, no hay que escatimar en los disparos.
  • -          Aprendamos a medir la luz, en vez de confiar ciegamente en la cámara. Hay que aprender a crear fotografías combinado la luz y los parámetros de la cámara que se ajusten a nuestras intenciones.  Debemos escoger una opción u otra siempre en función de nuestra creatividad personal.
  • -          En la mayoría de las fotografías, la dirección, la calidad y el color de la luz, junto con el modo en que se ilumina al sujeto, son mucho más importantes que la cantidad de luz. En fotos de paisajes, sobre todo, creo que el punto más importante y que más se descuida es la apreciación de la luz. Del mismo modo que se adquiere un cierto oído musical con el tiempo, también se adquiere la capacidad de valorar y apreciar la luz en la fotografía.
  • -          Si nos interesa el fotoperiodismo, tenemos que aprender a contar una historia con la cámara. Algunas vece solo podemos hacer con un solo fotograma, pero la recompensa será mayor si lo hacemos a través de un reportaje completo.
  • -          Tengamos presente en todo momento el diafragma que estamos utilizando; ajustaremos f/4 o f/16 por una razón específica, para lograr el efecto concreto, nunca porque si.
  • En la prensa, a menudo vemos al ejército israelí luchando o envuelto en sucesos trágicos. En su reportaje sobre Jerusalén, Belt quería mostrar una perspectiva diferente. Para humanizar a los soldados, que en su mayoría son muy jóvenes, usó la cámara con discreción hasta capturar esta imagen tan expresiva.